Todos alabamos en su día la iniciativa del Plan 2000e, por la que las Administraciones Públicas (Gobierno central y CC.AA.) junto a los propios fabricantes hicieron el esfuerzo de subvencionar mediante ayudas la compra de vehículos para particulares, con el fin de «resucitar», siquiera de manera temporal, un sector como el del Automóvil que marchaba cuesta abajo y sin frenos.
Sin embargo, a medida que hemos ido conociendo la «letra pequeña» de todo aquel acuerdo y se han ido desvelando cosas, más o menos serias, nos hemos ido sintiendo más decepcionados y, por qué no decirlo, engañados por las consecuencias que está trayendo consigo para particulares, y por lo que se ve, también a los concesionarios.
Y es que, de la misma manera que se estableció este mismo año, con nocturnidad y alevosía, que las ayudas directas a los particulares otorgadas por las Administraciones Públicas tributarían en el IRPF para éste y el próximo año (algo sorprendente y desde luego, no anunciado en su momento), no hace mucho se empezó a especular que los propios particulares tendríamos que devolver las ayudas que los fabricantes anticiparon a sus clientes y no pagadas por la Administración, por considerarse que los expedientes para su cobro no habían sido legalmente presentados.
De este modo, los particulares al final no sólo no habríamos sido beneficiados por ayuda alguna sino que, encima, acabaríamos pagando de nuestro propio bolsillo la práctica totalidad de los 2.000 euros de los que, presuntamente, íbamos a beneficiarnos. De este modo, se habría desnudado al santo de los particulares para vestir las pregonadas ayudas al sector que, para más «inri», y como ya anticipamos en su momento, sólo han maquillado de manera artificial las cuentas durante su existencia, pues no en vano, la subida del IVA junto a la desaparición del Plan 2000e serán la «puntilla» para el sector, como llevan meses anunciando organizaciones como Ganvam o Faconauto.
Sin embargo, y afortunadamente para nosotros, los particulares que compramos coches masivamente al albur de estas medidas y que ahora estamos por lo visto pagando las consecuencias, podemos respirar un poco más tranquilos en tanto en cuanto Faconauto, la patronal de los concesionarios acaba de anunciar que no exigirá a los compradores el reembolso de las ayudas impagadas por el Gobierno y cuya cuantía se cifró entonces en nada menos que 6,5 millones de euros.
No obstante, ello no significa que el problema se haya acabado sino que sencillamente ha cambiado de rumbo. Así pues, Faconauto, tal y como según desvela hoy Libertad Digital,se plantea ahora reclamar por vía judicial al Estado todas las cantidades que iban a ser reembolsadas por las Administraciones Central y Autonómicas .
Así pues, el presidente de Faconauto, Antonio Romero-Haupold, acaba de cifrar en 13,9 millones de euros la suma total que las Administraciones Públicas adeudan a los concesionarios, en concepto de todos los adelantos del programa de incentivos a la compra de coches.
Además, Romero-Haupold, en consonancia con las previsiones más pesimistas del sector, ha alertado que en el segundo semestre del año, y como consecuencia del fin de las ayudas para la compra de automóviles más la subida del IVA, se dejarán de vender 150.000 vehículos, lo que pondrá en peligro 10.000 puestos de trabajo en el sector de distribución.